El tomate es originario de los bajos Andes, y fue cultivado por los aztecas en México. Los mexicanos o aztecas lo conocían como xïctomatl, fruto con ombligo. Debido a esa palabra azteca "tomatl" los conquistadores españoles lo llamaron "tomate”
Es una fruta, la cual se cultiva en un clima templado, preparando la tierra con abono orgánico, se siembran las plántulas las cuales llevan creciendo aproximadamente treinta (30) días.
Estas se plantan a veinte (20) centímetros de distancia una de otra, y desde allí se comienza el proceso de cultivo hasta obtener el producto el cual consta de una cosecha aproximadamente de ciento quince (115) días.
Aunque su mejor fruto sale del clima templado, este también es capaz de pelechar en un clima frio, pero con mayor tiempo de cosecha. La gran parte de su composición es agua y cuenta con un sabor entre ácido y dulce dependiendo su color, contiene vitaminas como potasio zinc, calcio entre otras. Los tomates crecen en diferentes tamaños, colores y formas. Están los más pequeños y los más grandes, que pueden pesar más de un kilogramo.
La mayoría son de color rojo brillante, pero también los hay más oscuros, morados, verdes y amarillos e incluso blancos, existe una gran cantidad de tomates pero solo 60 variedades de tomate son aptas para consumo humano.
El tomate clásico suele ser de forma redondeada, pero también vienen en forma de pera, más alargados y algunos con formas bastante peculiares, como deformes y tiene una gran ventaja de esta maravillosa fruta es que la puedes plantar en tu propio patio o jardín, ¡e incluso en un balcón!
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